Hurto a Hefesto y Atenea

Prometeo
realmente no se robo el fuego,
hurtó las artes de Hefesto y Atenea,
llevándose además el fuego,
porque sin él, de nada servirían
las ciencias y conocimientos.
Este titán daría a la humanidad
los medios con los que ganarse la vida.
En su ignorancia originaba el fin
al permitir la propiedad privada,
hija legitima del hurto inicial
del trabajo y la inteligencia ajena.
Por esta razón Zeus se vengó de Prometeo,
hizo que le llevaran al Cáucaso,
donde fue encadenado.
Por ello envió un águila
hija de los monstruos Tifón y Equidna,
para que se comiera el hígado de Prometeo.
Siendo éste inmortal, su hígado volvía a crecerle cada día,
el águila volvía a comérselo cada noche.
tal como les pasa a nuestros pueblos
con lo que el ingenio humano produce.
Este castigo había de durar para siempre,
pero Heracles lo liberó, hace varios milenios.
Prometeo fue así liberado,
aunque debía llevar con él un anillo,
unido a la roca a la que fue encadenado.