Contigo escucho mis emociones,
porque eres un colibrí
volando por mi cuerpo,
sin hacer nido,
sacas mi néctar, dejas tu polen,
mientras bates tus alas,
para luego volar lejos.
Es por eso, que añoro oir
la voz de tus manos;
pero me detengo,
solo por un instante, a esperarte,
mientras tomas el jugo de la armonía,
para luego volar,
con tus dedos como alas,
desde mis pies a mis sentimientos.
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