lunes, 15 de febrero de 2010

23

Berlín, un año cualquiera,
cayó el muro,
Hoy calla mi alma, se apacigua.
Ahora callo, tú regresaste,
amigo mio, hermano mio,
te veo en el espejo,
y me sonríes.
Yo como testigo único,
enmudecí y te abracé,
te di la bienvenida.
Conservo tan solo una piedra
de mi propio muro,
solo una , no para quebrar el espejo,
para que no vuelvan los días de egoismo,
para nosotros,
y vuelvan a florecer el viejo roble,
que se refleja frente a mis ojos.

No hay comentarios: