Nuestras vidas se cruzaron en el preciso instante,
en que se vieron, en esa primera charla,
al mediodía,junto a tu linda familia,
que rescató mi vida en ese instante
de las fauces de la muerte,
del dolor de dejarse morir a cada paso,
y pude dejar de encorvar el cuerpo
y tener el corazón abierto a la suerte
de estar vivo y tenerte como amiga,
y supimos que nos conocíamos,
como cometas con órbitas concentricas,
que se encuentran cada milenio.
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