Cuando dejamos el páramo y la selva para vivir en ciudades,
relegamos la vida,
dejamos atras la poesía nuestra de cada día,
recitada por el murmullo de los vientos,
despreciamos la luz, señora del amanecer,
olvidamos disfrutar de las primeras luces,
y la musica de los animales del bosque.
Nos dispusimos a morir cada noche sin ver las estrellas,
Cambiamos la montaña y el rancho por el espacio cerrado a la lluvia, al aire y al sol. Todo se hizo tinieblas, hasta el amor a la vida.
Se cumplia así la segunda profecía:
“que lo bonito y lo feo pudiera ser escogido cada día por los pobladores de la tierra."
fue por ello que les dejo a Káwo el sol para calentar sus palenques,
fue por ello que les propuso recoger agua fresca y frutas,
cazar solo el ave de cada día.
Pero vino el olvido de la tradición,
llegó la falsa alegría de la chicha de maíz.
Comenzó la tragedia,con el primer error,
desde la primera traición,
desde el primer olvido,
desde el primer robo,
desde que unos quisieron dirigir a otros y convertirlos en ovejas,
pasarían los días y acabarían viviendo donde no les corresponde,
vendria el hambre,
vendría el llanto,
el progreso devoraría al ultimolagarto.
Las armas serìan mejor cuidadas que las niñas y los niños,
los ancianos iban a ser dejados a su suerte,
la ciudad sería entonces de piedra y penunbra,
y luna se ocultarìa tras densas nubes,
se perdería el linaje,
los malos no tendrían a quienes explotar ni gobernar,
todos deambularán entre el poder y la miseria.
Finalmente la historia se harà piedra inerte y museo,
se haría libro antiguo como el Chilam Balam,
y la mitad sur del mundo quería ser del norte,
pero el norte la trituraría para unirla y gobernarla.
Al final nada quedarà,
vendrà el esteril desierto, el tiempo del olvido,
por seiscientas generaciones.
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