jueves, 9 de abril de 2009

Limón



I
Cuántas calles caminamos hasta llegar a un beso,
qué selvas transité hasta tu territorio,
te amaba desde siempre,
pero ambos huíamos,-de nosotros mismos-
sin motivo conocido,-
quizás porque ya éramos uno-.
Éramos viejos conocidos en ese espejo de mar.
Por eso, no me busques más esta madrugada
fuera de tus fronteras
tus manos me abarcan,
desde la distancia,-que no existe-.
II
Eres el mar de mi infancia que se dibuja en la sombra,
un animal nocturno caminando por mis ramas
y tus palabras de palmera amanecen conmigo
en cada tristeza, en cada alegría.
De palabra en palabra amanece,
el mar disfruta su silencio,
mientras el sol sale sobre la isla,
y tus palabras , salen tambien al este,
son las multitudes de entusiasmo cada mañana,
en medio de la pobreza generalizada.
III
Los oleajes anuncian vida,
cada ola tuya una gota de esperanza
que desemboca en mi desierto,
cada palabra,
un territorio descubierto.
Ahora eres patria, puerto, refugio
un hombro para descansar,
en la tormenta-que pasa rápido -.
Por eso, bésame con tu aurora abrasadora.
Búscame, si quieres, con tus negros ojos,
pero en tu nombre, patria limonera,
déjame navegar y dormir,
otra vez.
Solo así habrá cosecha
cuando mis huesos y mi piel se hagan fruto,
y den jugo de limón para el corazón.
IV.
Pero tú y yo, amor mío,
hoy estamos juntos,
una misma raíz nos alimenta,
nos nutre, nos hace una nueva especie
hasta ser sólo tú, sólo yo, juntos
a la sombra de muestro árbol.

Tu abrazo, tus besos verdes, patria mía,
me permiten abrazar el tiempo,
con los brazos que usa el universo
para abrazar los planetas
y aprisionar los momentos,
mientras crece el limonero.
construyendo un nuevo y único
espacio, de frutos amarillos y verdes hojas,
un hogar con sol y luna,
agua acida brotando del manantial
desde la savia de nuestros troncos
en forma de limón.

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