lunes, 15 de febrero de 2010

25

Hay emociones de emociones,
-me decía una amiga-,
Son como lombrices que se hunden
en la profundidad del intestino,
son calcificaciones,
que se unen a los huesos con el llanto.
Cuando las tocamos,
duelen demasiado,
cuando les aplicamos el cincel,
como el habil albañil,
huyen y se van para siempre,
pero para ello hay que tener la valentía,
para desandar el pasado,
es necesario recorrer con alegría,
cada pedazo de este cuerpo,
e ir una por una, enfrentandolas,
tratando de no cejar en el intento,
limpiando con amor cada hueso,
cada músculo, cada pedacito del alma.

No hay comentarios: